viernes, 14 de diciembre de 2012

Obrar...

 
Quizá olvidemos lo "más importante". Sin duda, ante las "pruebas" y los tropiezos de nuestra peregrinación nos preguntamos ¡tantas veces! por la fecundidad y el valor de nuestras acciones. Entonces nos interrogamos acerca de ellas y, sobre todo, cuáles sean y cuál su lugar. Arriban las dudas y las apuestas: esto es mejor o peor que aquello; aguardábamos mejores oportunidades (que nunca llegan) o reconocimientos siempre insuficientes... Pero ¿en qué termina todo eso? ¿Qué es lo que en verdad vale y más allá de los caprichosos aplausos de la multitud, cuando la hay? En efecto, volvemos a la vida oculta, que es la realidad. Allí germina otra cosa, otra cosa se da. Allí aparece fecunda, en verdad, la lucha de Antonio en el Desierto. Es la "hora" que el Señor nos llama a velar con Él. Las acciones verdaderas son, precisamente, las que más nos acercan y asemejan al Salvador, y que -generalmente- no son elegidas. Esas que nos parecen desprovistas de todo valor y de toda "vistosidad", esas que... "pasan todos lo días" y "a cada rato", a las cuales no damos demasiada importancia. Esas son las "obras mayores". Y no es cuestión de "demostrar nada". Entremos en el gran desierto, en el Huerto de los Olivos, y dejemos que Él nos lleve a "ese" lugar... Más allá del espacio, más allá del tiempo de los relojes y de los almanaques...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Más hondo...


Es un otoño..., muy peculiar. Los senderos están cubiertos por alfombras de hojas muertas, caídas de los árboles del bosque... La tierra no se ve. Está oculta debajo. Sólo pisamos sobre las hojas que crujen bajo nuestros pies... Pero esas hojas no nos sostienen. No nos podemos afirmar sobre ellas. Tampoco son ellas la tierra, que nos queda escondida. Pero es claro que caminamos.
Así es nuestra peregrinación. La vida está escondida. Es más profunda siempre. ¿Qué nos ocupa ahora? ¿Las hojas muertas o la tierra viva?
Entra, pues, en tu corazón -oculto- y gózate en la realidad que no puedes medir... Eso sí, no te fatigues pretendiendo que la débil alfombra sea un fuerte camino. Reposa en la Verdad escondida y sigue sin temor. El Señor está contigo.

Alberto E. Justo    http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

viernes, 7 de diciembre de 2012

Más allá...


Vienen aquellos, aquellos vienen, tentando un camino nuevo. No, no saben por dónde, ni saben por qué... Simplemente vienen, porque primero fueron y no alcanzaron la soñada cima, más allá del gran desierto.
Vienen buscando lo que no encuentran. Tal vez otros horizontes, quizá otros mares, más lejos, más lejos. Por eso vuelven, vuelven por eso: porque ya no hay lugares, ni zonas, ni cerca, ni lejos...
Un solitario silencioso, sufriente como ellos, les señaló una gruta, un paso con sus riesgos.
¡Quedáos aquí -dijo- que se acaba el tiempo! Enfrentad las tormentas y los pesares. No hay refugios ni consuelos...
Sólo una noticia, que con mi corazón os dejo: Todos estáis llamados a la vida y al cielo.

Alberto E. Justo

martes, 4 de diciembre de 2012

Un Cartujo habla





"... A todos los hombres nos falta, a la vez, confianza y delicadeza. No estamos nunca bastante seguros de Dios, ni bastante preocupados por ser fieles a su amor hasta en los últimos detalles. Sin embargo, es cierto que hay almas a las que les falta, sobre todo, confianza y a otras a las que les falta, sobre todo, delicadeza y generosidad. Pues bien, también por estas últimas Dios se ha encarnado bajo la forma de un niño."
Un Cartujo "Felices los que creen" Monte Carmelo 2009. P 60

martes, 27 de noviembre de 2012

ahora mismo !!!


Ahora mismo... ¡Qué plenitud en este instante, qué hondura en el presente!
Supera cualquier imaginación, cualquier sospecha, hasta cualquier deseo!
En efecto, cuando se abre el secreto de la Aurora, de ese único nacimiento que se renueva en el centro del alma, no hay ya palabras, ni lenguaje alguno capaz de expresarlo.
Silenciosamente se abre camino una convicción, una luminosa certeza, encendida en el mismo origen, en la misma fuente, en el don recibido, en el don que sabemos recibido. No hay ya pruebas... ¿Para qué? ¿Cómo puede ocurrírsenos probar lo más con lo infinitamente menos?
El silencio es aquí el gran maestro. Porque, desde luego, el silencio acoge, es capaz de recibir. Cuando todo calla hay algo que se descubre. ¿Cómo decirlo? Hay Alguien que vive y de su Vida nos arriba todo. ¿Todo? Allí nacemos...
Soñamos, frecuentemente, con lugares y parajes, más allá de los cercos que parecen envolvernos. ¡Cuánto soñamos! Añoramos los mayores espacios, esas dimensiones que continúan, que se van, siempre más allá. ¡Ah! Anchura y solemnidad del mar, inacabables llanuras, insospechados cielos... ¿Cómo consolarnos? ¿Cómo aceptar –así nomás- esos límites nuestros, que tantas veces nos ahogan?
Y sin embargo esos ilimitados horizontes, aquellas montañas tan altas, caminos que siguen y nunca acaban... ¡son pequeños, muy pequeños, poquísima cosa, frente a las dimensiones del alma y del espíritu, abiertas en nuestro corazón!
Pero somos tan necios ¡que les restamos realidad! ¡Ah mezquindad de todos los días! Ya no somos capaces de desvelar el rostro escondido, que es el más grande de la realidad.
Los más bellos claustros del mundo, levantados por la generosidad y la magnanimidad de los Padres, son un pálido reflejo de ese incomparable e inconmensurable claustro del alma, paraíso de la soledad, atrio del templo de Dios, guardado en el silencio del corazón. Y si la picota de nuestros días, manejada por los demoledores de todos los tiempos, ha pretendido borrar esos pilares de piedra, testigos de eternidad, permanecerá y permanece el infinito tesoro del templo y de su claustro escondido, no como añoranza del alma, sino como verdad y realidad encendida en nuestra misma sangre.
Rescata, en tu corazón, ese tu deseo profundo, que te regala Dios. Vuelve sin cesar a ese instante que es ahora, donde puedes recogerte y entrar en el retiro de tu alma en el mismo Espíritu del Señor.
No estás lejos de donde has estado siempre... ¿No puedes VER más allá? ¿Tantas necedades resuenan por esos laberintos, que pretenden encerrarte, que olvidas lo más nítido, transparente y esencial?
¿No sabes que más está al alma donde ama que donde anima? Pues es tiempo de tenerlo bien presente, para no perderse en zonas indignas de atención y de amor... Cuando vas de camino y te cansas y te fatigas, sabes que es propio del caminante, del peregrino, sufrir el rigor de ciertos andares y de tantos trayectos y aventuras. Pero el cansancio no hace ni genera el andar. Sabes que es posible, como consecuencia, padecer el calor de la jornada, pero no abandonas tu viaje por eso. Y tu viaje no es eso.
Permanece, pues, firme y confiado. Recuerda la palabra del Maestro Eckhart: “ninguna obra exterior es tan perfecta que impida la interioridad”. No temas, ni te desanimes. Nada ni nadie puede apartarte del Amor de Dios.
Alberto E. Justo

sábado, 17 de noviembre de 2012

permanece y ahonda!!!!


Admirados por la maravillosa libertad que el Señor nos regala, vamos a leer un aforismo de Gustave Thibon, que cita Gabriel Marcel, al finalizar el capítulo "Yo y el otro" de su "Homo Viator" y que dice así:
"... Concluyo esta conferencia con un aforismo de Gustavo Thibon, (...) que me parece traducir admirablemente esta exigencia de encarnación a la cual la persona no se puede sustraer sin traicionar su misión verdadera, sin perderse en los espejismos de lo abstracto, sin reducirse paradójicamente a una determinación indigente de este yo que ella pretendía falazmente desbordar en todos los sentidos.
'Te sientes constreñido. Sueñas evasión. Pero defiéndete de los espejismos. Para evadirte no corras, no huyas. Más bien excava este lugar estrecho que se te ha dado: allí encontrarás a Dios y todo. Dios no flota sobre tu horizonte, duerme en tu espesor. La vanidad corre, el amor excava. Si huyes fuera de ti mismo, tu prisión correrá contigo y se estrechará con el viento de tu carrera: si te adentras en ti mismo, ella se ensanchará en paraíso'."

martes, 13 de noviembre de 2012

"monaquismo interior"

 

Leemos en el libro que el Archimandrita Sophrony escribió sobre San Silouan el Athonita: "Muchos jóvenes le consultaron con frecuencia el camino que les aconsejaba seguir en su vida. (...) El último consejo era el más raro, pues el Stárets pensaba que ya había llegado la época predicha por el Padre Estratónico, en la que muchas personas "instruidas" se convertirían en monjes en el mundo; juzgaba que, de modo general, las condiciones en las que la forma del monaquismo había existido a lo largo de los siglos pasados se habían vuelto desfavorables, pero que las vocaciones y al atractivo hacia el monaquismo existirían siempre.
"Notamos en el Stárets la firme convicción de que la vida espiritual, es decir, una vida en oración y ascesis, animada por una fe profunda, era superior a cualquier otra forma de vida. Así, aquel a quien le había sido concedida, debía, como por una perla preciosa, sacrificarlo todo, incluso los estudios." Archimandrita SOPHRONY "San Siluoan el Athonita". Madrid 1990.P.62.
Y Olivier Clément, hablándonos de las persecuciones, dice lo que sigue: (...) "De este modo se multiplicaron los "monjes secretos" que realizaban, en Cristo, el descenso a los infiernos. Es profética la intuición de Dostoevskij que nos muestra al starets Zosimo devolviendo al mundo a Alësa Karamazov, que quiere hacerse monje. El "monaquismo interior" (...) existe (...) también por la decisión deliberada de grandes espirituales, que pidieron a sus discípulos que permanecieran en el mundo, siendo al mismo tiempo hombres de oración, de silencio, hombres de una presencia significativa." O. CLEMENT "Surcos de luz". Burgos 2005. P.88

martes, 6 de noviembre de 2012

una carta de Séneca...

 


Leemos en la Epístola 124 a Lucilio: "¿Quieres tú, dejando de lado aquellas ocupaciones en las que es necesario que seas superado -toda vez que te empeñas en actividades que te son extrañas-, retornar a tu bien propio? ¿Cuál es éste? Por supuesto, una alma recta y pura, émula de Dios, que se eleva sobre las cosas humanas y que no coloca nada de lo suyo fuera de sí misma. Eres animal racional. ¿Cuál es, pues, tu bien? La razón perfecta. Impúlsala hacia su perfección, haciéndola crecer en gran manera hasta la medida de lo posible.
Considérate feliz cuando todo gozo nazca para ti de tu interior, cuando al contemplar las cosas que los hombres arrebatan, codician y guardan con ahínco, no encuentres nada, no digo ya que prefieras, sino que desees conseguir (...)"

jueves, 1 de noviembre de 2012

siempre de camino !!!!


No es nuestro propósito detenernos en ninguna parte. ¿Para qué? ¿Parte de cuál “parte”? No nos responden las “partes”, ni los “lugares”, ni las “jornadas horarias”… Que todo se da porque ya está dado. Que todo es… porque ES. ¡Descubrimiento incomparable!


Las “sensaciones” pueden constituir un engaño de grandes proporciones. Pretendemos esto o aquello y, tantas veces, con el justificativo de una sana distracción o de una expansión o descanso, equivocamos el camino.
Entonces es urgente acelerar los pasos. Y de ninguna manera volver atrás, sino “dejar” sin detenimientos. Es un tanto paradójico, pero es así.
¿No acabamos de convencernos que todo lo llevamos muy dentro con nosotros? Dicho de otra manera: ¿puedo escapar de Dios o esconderme de Él? Es simple y directo. Pues entonces, a seguir sin más.
El enemigo hará todo lo posible por acabar con nuestra marcha y dejarnos atascados, sin poder avanzar.
Pues nada de hacer caso a las dudas o a los miedos. Nada de indignaciones ni de lamentos de ninguna especie. Sigamos, son los pasos del Señor.

En horas de decadencia y de ruina, de descenso y de desconcierto, más de una vez quedaremos perplejos ante lo que pasa a nuestro lado. Más de una vez nos pesará este camino que llevamos. Y, muchas veces, gemiremos por hallarnos en él o se nos ocurrirá seguir otro, arrepintiéndonos de éste que llevamos.
Pero olvidamos que el camino es uno… No hay alternativas antojadizas. Es éste que trazamos desde siempre y que no es solamente “nuestro”, por decirlo de alguna manera.
Es el “camino del Señor”, es Su Senda por la que vamos. Es con Él y en Él y, también, por Él, a causa de Él, desde Él. En su Corazón, en su Silencio, presentes a su Presencia.
Y su Presencia es insospechable, inimaginable, inabarcable. Es Presencia… Y ¿qué más? ¿Te atreves a definir, a explicar, a empequeñecer, a errar? Siendo tan maravilloso… deja, deja a Dios que sea Dios. Sólo Dios en Dios.

No es tiempo de analizar demasiado. Descansa ahora mismo ¡ya! Tú sabes qué es. No hay ecos ni indicaciones. Nada de carteles, ni de avisos. Tampoco llegan cartas o mensajes por el medio que sea.
Cuando hay semejante silencio, nuestra liberación se aproxima. No son necesarios más signos, de esos que se levantan y luego, enseguida, caen. Aquí hay Alguien que “es más que Salomón” y es hora de atender en silencio.



Atiende bien lo que te diré ahora mismo: sepárate sin temor de todo. Despréndete y deja caer por ahí, donde no sabes. Deja que el Señor solo entre en tu corazón y en tu casa. Cuando menos lo pienses lo descubrirás presente. No puedes sospechar su cercanía. No interesa tampoco detallar nada. Silencio y quietud.




No tienes que mudarte, ni trasladarte a ningún lugar de este planeta. Ni de ningún otro. Quédate donde estás ahora y acepta que el Señor te elija y elija este remoto y desconcertante paraje. ¿Qué sabes de él? Desde luego que muy poco o nada. Nadie te llama a los análisis que acaban por enredar y ligarte prisionero… Reposa en el Corazón de Cristo-Jesús que es tu morada y tu vida. Reposa y vive en su Espíritu.


Yo sé que preferimos aquellos océanos, que parecen no tener confines, cuya profundidad no puede ser medida. Pero el Señor llama a muchísimo más. No hay puertos, ni ensenadas. No hay lugares. El desierto interior no puede ser representado por nada, ni siquiera por él mismo.

No tienes que viajar a ninguna parte para que el Señor te adentre en su Corazón. No tienes que mudarte ya… Se abre una puerta, que es la de tu alma… No preguntes más.

No desconfíes. No empañes la fe. Arrójate. Simplemente eso.

Muchos son sobremanera inconformes. Hubieran podido tener familia mejor y, tal vez, amigos ejemplares, como no son los que tienen ahora. Otros lamentan la pérdida de oportunidades o equivocaciones del pasado. O temen otras en el futuro.
Pues nada de eso. Las ilusiones no nos entregan la verdad de las cosas. Nada mejor que una vida que se desarrolla, con sus altas y sus bajas, en la presencia de Dios. ¿Dudas de la misericordia? Recupera el sentido profundo: la Misericordia es propia de Dios. Reedifica permanentemente tu vida y tu camino por las sendas que se abren, que Dios abre para ti.
Ahora medita en silencio y comienza a valorar tus horas en modo nuevo.

Pero siempre hay… lo más alto. Y la sorpresa será mayor cuando sepamos que es lo más simple. Hemos pretendido apurar los caminos y nos hemos hallado, frecuentemente, con resultados muy inferiores a los que aguardábamos. Sin embargo esta “espera”, este aparente detenimiento, es una condición de nuestro adelantamiento, que no puede ser medido por lo que acostumbramos en este mundo.

Alberto E. Justo

sábado, 27 de octubre de 2012

Proverbios y leyendas del Maestro Eckhart


(13) "Lo más alto que el espíritu puede alcanzar en este cuerpo es que tenga una morada constante fuera de todo en todo. Que deba morar fuera de todo quiere decir que debe morar en un estado de separación y en una pura libertad de sí mismo y de todas las cosas. Pero que deba morar en todo quiere decir que debe morar en un silencio constante, es decir, en una presencia interior, en su imagen eterna, allí en donde la imagen de todas las cosas brilla en la unidad." (MAESTRO ECKHART "El Fruto de la Nada". Siruela, Madrid, 2001.P146

lunes, 22 de octubre de 2012

¿Conquistar el Santo Grial?


Deseamos llegar a destino. El Desierto parece no tener fronteras, ni límites, ni indicaciones, ni señales de ningún tipo. ¿Errantes, pues? ¿No sabes que el Santo Grial está "dentro"? ¿Qué buscas por allí lejos? Fíjate en esto:
"PARSIFAL: ¿Qué es el Grial? / GURNEMANZ: No debo decírtelo; /pero si tu también eres de los elegidos,/ su conocimiento no te será vedado./ Y mira.../ por lo que me parece reconocerte ya:/ no hay senda terrenal que conduzca a él / y no pueden recorrerlo, / sino sólo los que él mismo guía. / PARSIFAL: Apenas camino / y me parece estar ya lejos... / GURNEMANZ: Ya ves, hijo mío / aquí el tiempo se convierte en espacio. / Ahora presta atención y déjame observar, / si eres casto y puro (Tor und rein), / qué clarividencia puede serte revelada."
RICHARD WAGNER "Parsifal" Acto I

sábado, 13 de octubre de 2012

De las "Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart (3)



(17) Cont. "Así sucede también con el rigor de la imitación. Fíjate en cuál es la cosa en que puede consistir tu imitación (o seguimiento-nâchvolgen). Debes reconocer y haber observado cuál es la actitud que Dios te exige más que ninguna otra; porque en absoluto todos los hombres son llamados a recorrer un único camino hacia Dios, según dice San Pablo (1 Cor. 7,24). Si encuentras pues, que tu camino más cercano no corre a través de muchas obras externas y de grandes trabajos o privaciones -cosa que de ninguna manera importa mucho a no ser que el hombre sea impulsado especialmente por Dios y tenga la fuerza de hacerlo bien, sin perjuicio para su intimidad- si no encuentras, pues, nada de eso en tu fuero íntimo, quédate contento y no te preocupes mucho por ello. Ahora bien, podrías decir: Si no tiene importancia ¿por qué lo hicieron nuestros antepasados, muchos santos? Entonces reflexiona: Nuestro Señor les dio ese modo de ser y les brindó también la fuerza para hacerlo a fin de que pudieran perseverar con ese modo; (...) en tal actitud debían lograr lo mejor para ellos. Porque Dios no ha vinculado la salvación (...) a ningún modo especial. Lo que tiene un determinado modo, otro no lo tiene; (pero) Dios ha dado eficiencia a todos los modos buenos sin negársela a ningún modo bueno, porque un determinado bien no está en contra de otro. (...) No es posible que cada cual tenga el mismo modo y tampoco que todos los hombres tengan un solo modo, ni que un hombre tenga todos los modos, ni el de ningún otro."

martes, 9 de octubre de 2012

"Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart


(17) "La gente bien podrá sentirse presa del miedo y de la pusilanimidad frente al hecho de que la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de los santos era muy rigurosa y penosa, mientras el hombre en este aspecto no es capaz de hacer gran cosa y tampoco se siente impulsado a hacerla. Por ende, cuando la gente se nota tan distinta en este aspecto, a menudo se considera muy apartada de Dios a quien -(según dicen)- no pueden seguir. ¡Que nadie haga esto! El hombre nunca (y) de ninguna manera debe considerarse alejado de Dios, ni a causa de un defecto, ni por una flaqueza, ni por ninguna otra cosa. Aun en el caso de que tus grandes pecados te desvíen alguna vez tanto que tú no te puedas considerar cerca de Dios, debes suponer, sin embargo, que Dios se halla cerca de ti. Porque el hecho de que el hombre aleje de sí a Dios implica un gran perjuicio; pues, aun cuando el hombre ambula en la distancia o en la proximidad, Dios no se aleja nunca, siempre permanece cerca; y si no puede permanecer adentro, a lo sumo se aleja para permanecer delante de la puerta."

martes, 2 de octubre de 2012




De las "Pláticas Espirituales" del Maestro Eckhart

(6)" (...) aquel que anda por buen camino, en verdad lleva consigo a Dios. Mas, aquel que bien (y) en verdad posee a Dios, lo tiene en todos los lugares y en la calle y en medio de toda la gente exactamente lo mismo que en la iglesia o en el desierto o en la celda; con tal de que lo tenga en verdad y solamente a Él, nadie podrá estorbar a semejante hombre. ¿Por qué? Porque posee únicamente a Dios, y todas las cosas se le convierten en puro Dios. Semejante hombre lleva consigo a Dios en todas sus obras y en todos los lugares, y todas la obras de este hombre las opera sólo Dios; pues, la obra pertenece más propia y verdaderamente a quien es causa de ella que a quien la ejecuta."


jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Sabían que en la actualidad aún existen los "peregrinos" exactamente igual al Peregrino ruso?

. Y viven de la misma manera, tal cual se relata en el libro. Me lo contó el Hieromonje David del Monasterio de la Transfiguración de Cristo (Pigüé, Argentina) porque tuvo la gracia de encontrarse con uno en un viaje a Ucrania.
Esta foto es de un famoso peregrino: Vasily de Kiev (Barsky Grigorovich) del

siglo XVIII. Nació en Kiev en 1701 y sus antepasados eran de la ciudad de Volyn. Su padre Gregorio Grigorovich, era una persona muy competente y hábil en el canto de la iglesia y dio sus primeras lecciones iniciales a su hijo, como también una buena educación, siendo su deseo que siga por este camino. Pero el joven Barsky anhela fervientemente entrar en el seminario de la Academia de Kiev-Mohyla, y sin saberlo su padre, entra en el mismo con la aprobación de su director Feofan Porkopóvich. En 1723 viaja a Lviv con un compañero para un tratamiento de úlcera en las piernas. Luego se dirige solo a Corfú, Cefalonia, Zante, Chios, Solón y el Monte Athos, y de allí a Palestina. Esa forma de vida no le es fácil, y soporta fríos, hambre por amor de Cristo, y cada vez mas fascinado por esa forma de vida. Luego recorre Palestina, Siria y Arabia hasta las montañas del Sinaí, pasa por Egipto y las islas del archipiélago, quedándose por un tiempo en Antioquía. Luego se va al Monte Athos, donde vive por un año. De regreso se dirige a Constantinopla, y luego de pasar por Rumelia, Bulgaria, Moldavia y Polonia, vuelve finalmente a Kiev en el año 1747.
En todos sus viajes, desde Kiev hasta el último de su estancia en el Monte Athos, va realizado extensas notas de viaje en las que relata todo lo que le iba sucediendo y que veía y experimentaba. Sus descripciones con muchos detalles y precisión sugieren, entre otras cosas, su gran espiritualidad e instrucción, ya que se ve la influencia de escritores griegos antiguos y medievales, a los que a menudo se refiere en sus relatos.
Las dificultades y las penurias de un viaje tan largo y dificultoso, le
afectaron la salud. Cae enfermo con una gran inflamación en las
piernas. Luego de pasar 35 días en la casa de su padre, fallece el 7 de
octubre de 1747, y es enterrado en el Monasterio de la Epifanía de Kiev Bratsk.

lunes, 10 de septiembre de 2012

textos del Maestro Eckhart



Dice así, el Maestro Eckhart, en el "Libro del Consuelo Divino": "Dice San Agustín que quien mejor comprende las Escrituras es aquel que, desnudo de todo espíritu, busca el sentido y la verdad de las Escrituras mismas, es decir, en el espíritu en el que fueron escritas o pronunciadas: el espíritu de Dios. Dice San Pedro que todos los santos han hablado en el espíritu de Dios. Y dice San Pablo: 'Nadie puede conocer ni saber lo que hay en el hombre sino el espíritu que hay en el hombre, y nadie puede saber lo que es el Espíritu de Dios y en Dios sino el Espíritu que es de Dios y que es Dios'. Y por eso dice con gran razón un texto -o mejor dicho una glosa-, que nadie puede comprender ni enseñar los escritos de San Pablo a menos que tenga el Espíritu mismo en el que hablaba y escribía San Pablo. Siempre lamento que personas de mente tosca que no están dotadas del Espíritu y que son totalmente insensibles al Espíritu quieran juzgar según su tosco entendimiento humano lo que oyen o leen de la Escritura dictada y escrita por el Espíritu Santo sin tener en cuenta que está escrito: 'Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios'. Y también es válido en general y en el ámbito natural: lo que es imposible en los grados inferiores de la naturaleza es habitual y natural en los grados superiores."

jueves, 6 de septiembre de 2012

No temas el "sufrimiento"



En un pequeño libro sobre el doctor Marañón escribe, lo que sigue, Laín Entralgo: "Pero la aceptación resignada del dolor posee, además de esa evidente importancia terapéutica, una profunda significación metafísica y religiosa, sólo perceptible por quienes creyentemente piensan que el sufrimiento no merecido no es un "absurdo", como hoy afirman algunos pensadores, sino "misterioso"; en definitiva, que el dolor tiene un sentido positivo, secreto y conjeturable dentro de la total economía de la vida humana. "Quien no hubiera sufrido, poco o mucho, no tendría conciencia de sí", escribió don Miguel de Unamuno. "En cuanto manantial de vida nueva y origen de nuestra perfección moral", añade Marañón, el sufrimiento del hombre "tiene un valor divino; y como la perfección moral tiene su fórmula suprema en el amor a los demás, y el bien que deseamos a los demás es ansia de que no sufran, el que sufre con alegría está gestando el que no sufran los otros hombres".
(...) "Es muy posible que en ese mundo de las generaciones que se suceden y no mueren, sino que viven, compendiadas las que pasaron en las que están viviendo, en ese mundo que queremos explicar con nuestros pobres sistemas filosóficos y cuyo sentido verdadero sólo conoce Dios, es posible que ocurran cosas tan extrañas como el que el hallazgo de una droga que suprime una jaqueca o la intuición de un acto quirúrgico que alivia un sufrimiento intolerable, no sean otra cosa que la lejana respuesta, plasmada ya en hechos tangibles en el gran alambique del tiempo, a unas horas de arrebato de un San Juan de la Cruz, cuando se complacía en sufrir, en apariencia por la fruición de sufrir, pero, en realidad, para comprender mejor el dolor de los demás."
(P.LAIN ENTRALGO "Gregorio Marañón, vida, obra y persona",Madrid 1966.Pp116-117.

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sábado, 1 de septiembre de 2012

Proverbios y leyendas del Maestro Eckhart


(39) "El Maestro Eckhart pregunta quién es el hombre que ensalza siempre a Dios en sus oraciones. Y el Maestro Eckhart dice: a quien invoca a Dios en tanto que Dios, Dios lo exalta. Pero cuando se invoca a Dios y la intención es un bien mundano, entonces no se invoca a Dios, sino a aquello por lo que se implora a Dios, lo cual es tomarlo como a un siervo. Sobre esto San Agustín dice: todo lo que amas lo adoras, pues orar justamente y totalmente no es sino amar, y por eso lo que el hombre ama lo adora. Por eso nadie adora tan bien a Dios como el hombre que adora a Dios por Dios y nada tiene en su intención, sino a Dios." (MAESTRO ECKHART El Fruto de la Nada. Madrid 2001. P156)

miércoles, 15 de agosto de 2012

Pequeña meditación



Sin otro título...

Percibimos el canto que continúa en lo profundo, en lo más hondo, donde los perfiles no se descubren como nuestro antojo lo quisiera.
Dice que no temas... No, amigo que ahora lees o que sospechas, no temas ni te juzgues derrotado. ¿Caíste por allí, por esos senderos perdidos y te pegaste un buen porrazo? Pues levántate sin más preámbulos ni trámite alguno. No te detengas en ningún lugar ni en el tiempo que sea. Deslígate, corta con energía las ataduras y sigue los pasos que llevabas. Te olvidarás del golpe... No lo dudes, eso ya pasó.
Sumérgete, nuevamente, en el silencio de tu corazón. Esto es: retorna a la ermita escondida, en medio de tu desierto. Ya lo conoces, ya estás en él. Desde siempre estás en él. Vive según ese mismo desierto te enseña: DESPRÉNDETE, suelta. Te hallas aún encadenado a un muelle en medio de la tormenta y con el agua agitada. Tu nave golpea una vez y otra vez contra el muro y, sin libertad, acabará por hundirse. Suelta esas amarras. Déjate llevar muy lejos. Abandona el muelle. En el desierto carece de sentido.
No prestes atención a los cantos de las sirenas. Aprende a no escuchar. Eleva los muros de tu jardín y de tu ermita. Son muchos los que se asoman por allí. Tú, nada; recupera el silencio, déjalo resurgir, olvidando y dejando...

¿Novedades?

Tal vez alguna sorpresa... Pero es hora de decir lo de siempre, la verdad de nuestra vida, descubierta en Cristo-Jesús. Desde lo más hondo llega esta palabra de salvación: calla y sufre, fortalécete en el mismo Misterio del Señor... Él es la Resurrección y la Vida.

Fr. Alberto E.

jueves, 9 de agosto de 2012

¿Más sendas en el silencio?


¿Más sendas en el silencio?

Éstas son al revés de lo que suponemos. Los caminos del silencio comportan siempre un retorno, volver a casa, a la Casa del Padre, al secreto siempre más profundo del corazón. No es hora de hacer "fuerza", ni de inventar "fervores". Es hora de paz y de coraje: atravesar de nuevo el dintel de la puerta que dejáramos atrás y adentrarnos allí mismo. ¿Comporta un retroceso? De ninguna manera. Comporta nacer de nuevo, cada vez. Dejar que el Verbo venga... ¡Ven Señor Jesús! O, quizá, cuando llama a la puerta entramos ahora nosotros con Él y en Él.
Si has juntado demasiados ladrillos, déjalos a un lado. Simplemente levanta en tu alma los muros de tu jardín. ¡Es hermoso este jardín! Ahora bien, tus sentidos no se procuren muros de materiales, aunque parezcan muy protectores. Tus sentidos han de disciplinarse y aplicarse, siempre de camino, al verdadero jardín interior. Cuando suenen esas lejanas trompetas, te dirás a ti mismo: -eso no es para mí, están muy lejos. Cuando algún grito cercano te desconcierte, dirás rápidamente, -Señor Jesús, ten piedad... Porque el silencio y la vida, porque todo es Él. Reposa en su Corazón, esa es tu casa, ese mismo, tu silencio.
Fr. Albertus

miércoles, 18 de julio de 2012

domingo, 8 de julio de 2012

¡¡¡Invitación permanente!!!



¿Silencio que es olvido? Quizá… Pero intentamos decir otra cosa. Nos hallamos en un paraje que debe ser reconocido por sí mismo. La aceptación de este acontecimiento comporta inmediatamente un abandono sin condiciones. En efecto, se trata de no atascarse, de cortar cualquier atadura que nos detenga en el camino.

El “abandono” y el “ser separado” o “desasimiento” comportan, desde el inicio, esta “liberación”, a pesar de todos los riesgos que puedan invocarse.
El “peregrino” debe salir probado, después de un largo período, durante el cual el dolor o las contradicciones, su estudio y su responsabilidad, su disponibilidad y su obediencia, hayan tallado en el buen leño lo que denominaremos ahora una “conciencia” en condiciones de guiar todos sus pasos. Este es el papel de la virtud de la Prudencia, que sabemos elevada por el don de Consejo del Espíritu Santo.


Admirable música, esa que intento discernir en una profundidad siempre nueva. El canto nunca se detiene, porque es silencioso, quedo, portador de paz.
Yo sé dónde resuena y cómo. Yo sé que es SILENCIO.
Alcanzar el silencio… Dejarlo llegar… Dejarlo que ascienda… Porque desde siempre está.

Aunque los ruidos y los gemidos dancen alrededor. Aunque los conceptos y los pensamientos azoten por aquí y por allá. El silencio es más hondo que todos ellos. El SILENCIO ES MÁS HONDO.
Fíjate bien en esta condición, en este HECHO de la “hondura”. En ese nivel de profundidad nada puede alcanzarte.
¿Te animas a descender hasta allí?

Pues, inténtalo. Comienza. No te apresures. Simplemente despréndete, sepárate… Vuelve una y otra vez a tu corazón. Cada ocasión será más profunda. Sigue, busca… Que, por fin, alcanzarás. O serás hallado, alcanzado tú, más allá de ti. O más aquí.
Abandona ese “ego” artificial y el mundo que lo sustenta. Aunque parezca muy propio, déjalo. Nada tiene de lo que buscas y de lo que te busca y llama. Ve más allá.
Albertus in eremo

viernes, 29 de junio de 2012

El Señor nos da su Paz



Esta vez... sal de tu escondite y dinos alguna cosa...
No sé qué pedir ni qué cosa quiero que me digas ahora. Pero tu tienes buena y rápida imaginación, y no dudo de que hallarás buenas y hermosas palabras en esta ocasión.


Sal, pues, que te aguardamos, a pesar del mal tiempo. Dicen que hay tormenta. Otros afirman que, en cambio, no la hay y que allí está el problema. Con tormenta o sin ella, apurado o no por tantas cosas y por las sandeces del momento, dinos alguna cosa, como eso que los peregrinos antiguos rogaban a los viejos Padres del Desierto: una palabra de salvación.

Mira, detente un poco, mira, mira esas flores en el claro del bosque. ¿No hay –acaso- una perpetua correspondencia entre ellas y el corazón? ¿No caminas, ahora mismo, por sendas dichosas, de las que hallas algún reflejo en los paisajes luminosos de la tierra?
Deja que tu balsa siga el curso del agua.

Eres amigo de la tierra que pisas y del sendero que trazas. ¿Quién puede entenderlo? No importa, esta vez, entender. Considérate feliz de tener el cielo por techo, del aire que se te brinda a cada instante, del suelo bendito que te sostiene. Vas de camino... Cada día una nueva lumbrera. Sí, cada día y cada vez.

Este es tu jardín. Descubre la fuente de agua viva que brota en su centro. Es este tu jardín, donde siempre reina el silencio.



frater Albertus  
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lunes, 25 de junio de 2012

Caminar

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Horas y horas de dolor, que no pueden reflejarse en expresión alguna… Horas y horas de desolación y de pena, de esa incierta angustia que nació en la contradicción y en la prueba y que ya no sabe de dónde viene, ni adónde va.
Horas de sufrimiento, experiencia de desdicha, en la deforme llanura de tantos sucesos, de tantas noticias, de tantos engaños…Entre el cinismo de algunos y la indiferencia de otros. Ausencia sin sentido en la jornada del dolor.¿Cómo ha de vivir y suspirar el hombre desterrado, sin recursos, ni esperanza de paz?¡Señor, no tardes!

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Pero no falta, no está ausente, esa virtud indefinible que se levanta desde no sé qué hondo escondrijo del alma…Sí, el Señor nos ilumina de nuevo y nos da esa virtud, que levanta. Es una aspiración que viene de lo alto y sube desde profundidades insospechadas…Seguimos los pasos de un camino doloroso, lleno de misterio y de sentido, aunque en las horas presentes nos podamos percibirlo de ninguna manera.No es “hora de prueba”, es hora de libertad y de secreto. Cuando más nos sentimos y nos sabemos lejos, cuanto más parece asfixiarnos la dureza del camino, es que vamos llegando, es que ya estamos en esos umbrales del Misterio.Fr. Alberto E.

miércoles, 20 de junio de 2012


Caminar

Ni lejos, ni cerca,
Ni arriba, ni abajo, ni por costado o sendero alguno.
¿Has avanzado, alguna vez, sin lugar, ni espacio?
Atrévete a la aventura y deja de una buena vez lo dejado
Y camina más allá, sin caminar.
Niega lo que afirmas, niega lo que niegas,
Deja lo que dejas, deja lo que no dejas,
Abandona el abandono
Y despréndete de todo cuidado,
“entre azucenas olvidado”.
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viernes, 15 de junio de 2012

¿Dónde está el valle? http://flordelyermo.blogspot.com.ar/


Hermoso valle… ¿Dónde está, dónde se encuentra? Hace tanto tiempo que lo buscamos, que andamos por todos lados para llegar hasta él. Y ahora… , sí, ahora mismo lo descubro, lo veo…, pero me parece lejano, imposible, inalcanzable para mí.
Pero está. No puedo dudarlo ni un instante. ¡¡Vaya si está!! ¿Entonces? ¿Cómo entrar en él?
Una vez más se han desatado ilusiones que distraen y llevan muy lejos, por lo que todos los valles y montañas y mares parecen tan lejanos… ¡El valle! ¡Vaya paradoja extraordinaria! Que… ¿dónde está?
Pero si estás en él desde el principio… ¿No te das cuenta, no caes, que si no estuvieras en él no podrías, en modo alguno, distinguirlo?
Pero sufres su ausencia porque demasiadas cosas de fuera te asedian e interrumpen tu camino al corazón. Tu camino a “ti-mismo”, a tu inalienable soledad.

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Siempre es el valle, ese valle, (¿mar, montaña, llanura, desierto, pradera, poblado?) el que logra su reflejo. ¿Cómo es esto? ¡Tantos son espejos que se abren para mirar el secreto! La historia misma lo es, de algún modo. Pero no has de reducir esas figuras que apenas, apenas se perciben. No, no te detengas en el espejo ni en ningún espejismo. Basta que la noticia llegue al corazón… Así no más.




¿Buscamos? Quizá no muy bien. No es hora de buscar, es el instante de encontrar.

Fr. Alberto E.

viernes, 8 de junio de 2012

Cuando menos lo aguardábamos. Alberto E. Justo. http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

Prosigue y abre tu corazón. Permanece, permanece. Vela, con Él, una hora. Es decir, siempre.
El camino es silencio. No consideres que, por ello, sigues a tientas. Continúa. Simplemente.
Si eres perseverante, a pesar de las dificultades o de los detenimientos, comprobarás en tu corazón la hondura del silencio. Recuerda, de “un” silencio que ha ascendido desde donde no puedes enterarte bien, pero del cual ya tienes suficiente noticia.
Has descubierto la paz en la confianza de que allí, en ese instante, ya no eres tú quien obra, sino Aquél a quien has abierto las puertas del corazón.
Silencio y Presencia. Una sola realidad para ti ahora. No puedes prescindir de la Presencia. Estás en ella. Ahora, esta Presencia inefable, causa y garantiza el silencio y lo sostiene como su lenguaje para ti.
Ya no dudes. Él está aquí... No es necesario esforzarse, ni embarcarse en otro camino que no sea la simplicidad o la conciencia de la inmediatez, que no se define.
Goza pues de la Presencia... Ya dirás, con los santos, no digo nada, lo amo...
Alberto E. Justo

lunes, 4 de junio de 2012

Cuando menos lo aguardábamos. Alberto E. Justo. http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

Preguntarás: ¿qué hacer ante esas interrupciones o agresiones del mundo que, al acecho, aguardan el momento preciso para cortar tu oración?
Pues nada. Lo mismo que haces cuando se desencadenan las tempestades, cuando golpean las tentaciones o cuando la impertinencia o el desorden se manifiestan aquí o allí. Esas apariciones no pueden quitarte ni el silencio ni la paz, porque ese silencio y esa paz son de Cristo-Jesús y nada ni nadie puede apartarnos del Amor de Dios revelado en Jesucristo.

viernes, 1 de junio de 2012

Cuando menos lo aguardábamos. Alberto E. Justo. http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

Sabemos que nuestros pasos nos conducen rápidamente, en la misma medida de nuestro querer y deseo. Porque la invitación está abierta, las fuerzas también a nuestra disposición. Descubriremos enseguida el camino: nunca es lejos.
Siéntate aquí no más. No te arrojes. Quédate derecho... Y calla. Eso mismo, viajas sin decir palabra. Es porque has de escuchar mucho tal vez. Pero, ahora, calla simplemente.
Respira hondo y goza del silencio que se te brinda y que asciende desde tu interior. No es una... ausencia. Al contrario. El silencio que llevas y que se te dio un día es plenitud.
No dejes que nada, ni nadie te perturbe. Intenta, una y otra vez, callar voces y fantasmas. Pero tampoco te quedes en ello. Avanza como sumergiéndote en donde no sabes. Ahora, escucha. Ese silencio, que parece vacío y nada, es, de alguna manera, ocasión y lugar. Es pleno. El Señor te ha llevado al desierto para hablar a tu corazón.

lunes, 28 de mayo de 2012

Cuando menos lo aguardábamos. Alberto E. Justo. http://flordelyermo.blogspot.com.ar/

El acontecer se da en lo escondido. El acontecer que más nos atañe y que más nos debiera interesar. Atender y retornar incesantemente a este centro ha de ser nuestra tarea.
Es hora de atender... Quisiéramos ubicarnos donde más nos corresponda, hallar, en suma, aquel centro, que todo explica y a todo da sentido.
Es entonces cuando nos damos acabada cuenta de que a cada momento hemos de retornar a casa. Sí, a casa, a nuestra casa; que es lo mismo que decir: a casa de nuestro Padre. Nada hay tan nuestro, nada tan familiar, nada tan invitante, nada que nos regale mayor consuelo...

jueves, 24 de mayo de 2012

Cuando menos lo aguardábamos. Alberto E. Justo. http://flordelyermo.blogspot.com.ar/



Cuando menos lo aguardábamos. Porque, frente a las grandes ocasiones, el alma se encuentra a sí misma en el silencio. Buscamos a diario mil cosas con diferentes propósitos y no pequeñas ilusiones. Y sufrimos también esas “ausencias” tan reiteradas, que nos reducen y nos cierran el paso por el desconcierto que causan.
Hasta que un día, no sabemos cómo ni cuándo, se despeja ese cielo cubierto, que ensombrecía nuestro andar.
Es que comenzamos a descubrir que en la soledad nunca estamos solos en verdad. Comenzamos a percibir una “plenitud” que no sospechábamos ayer... Sobre todo en el momento en que aceptamos lo que hasta entonces no acabábamos de conocer.
¡Ah, esos pensamientos inoportunos, que nos descorazonan! Aceptemos el silencio, aun en medio del fragor de los combates. La impresión superficial puede aparecer desoladora: se nos antoja que estamos aquí, no más, inmóviles, detenidos, sin lograr dar un paso hacia adelante... Se nos antoja retornar, una y otra vez, a las maneras que se imponen por allí fuera e imitar los esfuerzos de quienes, tal vez, no arriban a ninguna parte.
Nada de todo eso. Nuestro camino carece de resonancias y de cualquier publicidad. Y esto, también, para con nosotros mismos. Es imprescindible dejar la ambición de ser tenido por algo. Es urgente horadar la muralla que cierra y cubre el corazón. Camino de “abandono” y de silencio profundo.
Porque es allí mismo donde todo acontece...

viernes, 4 de mayo de 2012

El Claustro: La valentía de la Verdad

El Claustro: La valentía de la Verdad: Un buen (y un poco desconocido) fragmento de una homilía  del Card. Ratzinger en Chieti por la entrega del "Ordine della Minerva" hace ...


‎"Quien no es capaz de enloquecer de amor, es incapaz de toda cordura. Porque, ¿qué es la cordura sino una sana y amable y permanente predisposición para la locura? Lo demás no vale la pena de ser ni vivido ni pensado. Lo correcto, lo humano, es andar por el linde." (Anzoátegui)

lunes, 30 de abril de 2012

una oración directa -LA ORACIÓN DEL MAESTRO ECKHART - Alberto E. Justo


No pretendo introducir, en modo erudito, esta versión castellana, que aquí presento, de una oración del Maestro Eckhart. Por el contrario, el interés de semejante publicación es abrir más caminos a la plegaria, precisamente cuando hay tantos que descubren, en la dimensión contemplativa de toda vida cristiana, una vocación y una misión peculiares.
La historia de la Espiritualidad, en especial de la Mística, es una trayectoria de traducciones y de versiones de todo género. El papel desempeñado, por ejemplo, por la Cartuja de Colonia, no puede ser soslayado toda vez que se pretenda apreciar el influjo de la mística renana y flamenca en el mundo de expresión latina. Los espirituales, por lo general, han sabido superar las barreras del lenguaje, sobre todo las pretendidas limitaciones idiomáticas, para ganar el corazón de una experiencia que los ha hermanado más profundamente que la misma lectura de obras y de textos. La comunión entre Eckhart y San Juan de la Cruz no puede ser explicada solamente por medio de un estudio filológico. Desde luego éste será útil en su nivel, pero es necesario ir mucho más allá. Lo mismo puede decirse de la Beata Isabel de la Trinidad y de Jan van Ruusbroec... Es claro que la lectura de los santos no posee la misma clave que la de los especialistas.
Sin ver oposiciones donde no las hay, interesa, en cambio, proponer un estilo de lectura que arranque un secreto mayor a cuanto los mismos espirituales han considerado expresión insuficiente de una experiencia siempre inefable.
Se trata del género de la lectio divina. Lectura orante, en realidad, para pasar más allá de la simple letra o introducirse en el misterio que ella cela. Diríamos que eso que está escrito ha de alcanzar y tocar directamente a la vida.
Un monje nos cuenta que hallándose particularmente interesado en conocer el pensamiento de un célebre maestro, ya desaparecido, importunaba a los discípulos de aquél con preguntas de todo género, que estos sólo respondían con dificultad... Hasta que uno de ellos le dijo: -si quiere saber qué pensaba realmente el sabio sea como él y lo sabrá. La escena, muy simple, es aleccionadora.
Ser como él. Nada de extraño, sobre todo si lo despojamos de más y de menos. En efecto, con frecuencia desdibujamos una figura o empequeñecemos el significado de una imagen cuando comenzamos a someterlas a las cantidades. Lo hacemos así deteniéndonos en establecer el mayor o el menor parecido o emprendiendo una suerte de torneo entre lo mejor y lo peor, según nuestro modo de ver; aspectos que quedan, desde luego, reservados a un misterio que nos supera.
En cambio nos interesa otra cosa, a saber: la comunión en el mismo padecer y la misma orientación. Es indudable, y es un hecho de experiencia, que el mismo deseo, quizá la misma expectativa o necesidad, lleva a una unión, y por tanto a un conocimiento, de nueva índole y mayor profundidad. Los mismos interrogantes, tal vez la misma angustia, un dolor similar, generarán una comunión por encima de cualquier cálculo.
El que se aproxima a la obra de un espiritual, en el presente caso del Maestro Eckhart, ha de plantearse interrogantes afines y prestar atención a la intención profunda del autor. Son las afinidades las que seleccionan y llevan, por fin, a la comunión. Se recordará el lugar de la connaturalidad, pero es preciso pasar más adelante.
En efecto, decía un Cartujo (un verdadero lector del Maestro Eckhart en nuestros días) que los textos sobran. En los textos se halla lo que el Señor dice en el corazón... ¡Maravillosa invitación al silencio y a la profundidad!... Eso que yo recibo y acojo, lo que leo y se incorpora como una vivencia plena de sentido, no es tanto lo escrito ahí fuera sino lo que Dios pronuncia en lo secreto del alma y se reconoce a partir de la lectura. (...) on ne trouve rien dans les textes, on y retrouve seulement ce que Dieu prononce dans l' âme. La ratio studiorum devrait s' accompagner d' un ars obliviscendi: il importe que l' homme apprenne, mais combien plus qu' il désapprenne des choses acquises! Que l' intelligence se souvienne de sa virginité et de sa solitude, elle qui doit à sa pure essence d' être toujours neuve et nue, au premier instant du premier matin!
L' esprit qui monte vers la rencontre intérieure traverse le temps en oblique comme un éclair, sa vie n' est pas conquête, acquisition, progrès, mais dépouillement libérateur.
Tal suenan las palabras del Cartujo que explican muy bien este paso hacia la interioridad. Porque es el Espíritu de Dios quien obra y ora en el corazón de sus hijos y es precisamente en su Presencia donde se hallan el origen y la fuente de toda comunión.
Se trata, pues, de otro género de lectura, distinto del que adoptan, por lo general, los especialistas o quienes, con no pocos prejuicios, intentan el estudio de los textos a partir ¡de lugares comunes! Nada de eso. Así como atendemos y oímos, con respeto, lo que nos enseña un gran maestro, así -y no de otra manera- nos recogemos en una lectura que nos hablará mucho más de cuanto dice la sola letra.
Las obras de arte poseen un destino encantador: llevar a quien las contempla por encima de ellas mismas; conducir a su propia superación. De aquí surge ese despojo saludable e imprescindible si no queremos permanecer atados a una letra que acaba por asfixiar.
No hablamos de autores, tendencias o escuelas (¡muchas veces sólo presentes, como fantasmas, en los manuales y en las acostumbradas y fatigosas repeticiones de los perezosos!). No buscamos esas cosas. El propósito es descubrir lo que Dios pronuncia en el corazón. Por ello partimos desde el autor, desde el contenido que hemos hallado a través de su expresión escrita, sin duda limitada, por el hecho de ser expresión.
Ahora bien, hay mucho más. Es fundamental el desinterés en la lectura. En efecto, a los autores espirituales es necesario aproximarse sin interés de usufructo o de cualquier utilización. Sapientia ludit: se trata, como decía nuestro Cartujo, de jugar a ser el objeto (el "juego" es desinteresado). Porque contemplar es lo contrario de poseer. La contemplación -téngaselo bien presente- nunca es una posesión, es, en cambio: dejar ser el ser. La inteligencia contemplativa es humildad y carece de término: no se busca definirla ni medirla de ningún modo. Es el Misterio, tan límpido como insondable (...) No pueden separarse el amor y la contemplación de la intelección así entendida...
Es conveniente acercarse con humildad y leer con asombro. No es necesario abundar en el material ni perderse en análisis sin fin. Ir directamente a lo esencial, evitando perderse por los arroyuelos o por las sendas marginales. Y, desde luego, huir la polémica infructuosa. El Misterio no se abre a los discutidores sino a la audacia de la mirada que ha sabido no detenerse.
Ingresar por el fondo del aula, modestamente. Permanecer en silencio y no subir a los estrados... Renunciar a la vanidad de la última palabra. Sosiego y paz; en definitiva: abandono.
Tales pueden ser los modos acertados para asimilar una gran lección o recogernos en la plegaria.
El texto de la Oración del Maestro Eckhart puede verse, en versión inglesa, en W. Wackernagel, "The Prayer of Meister Eckhart" en Eckhart Review n.7 (1998), pp. 39-40.

Alberto E. Justo, OP



ORACIÓN DEL MAESTRO ECKHART

¡Oh alta riqueza de la naturaleza divina!
Muéstrame tu camino, el mismo que en tu sabiduría has dispuesto,
y ábreme el tan precioso tesoro al que Tú me invitas:
comprender con inteligencia sobre toda creatura,
amar con los ángeles y ser íntimo familiar de tu hijo único,
nuestro Señor Jesucristo,
heredar de Tí y acogerte según tu sabiduría eterna.
Y, con tu auxilio, ser preservado de todo mal.

Pues Tú me has levantado por encima de toda creatura
y has impreso en mi el sello de tu eterna imagen.
Tú has vuelto mi alma
inasible a todas las otras creaturas
y nada has creado a Ti más semejante
que el ser humano según el alma.
Enséñame a vivir de tal manera
que nunca me encuentre sin Ti
y que el flujo de tu obra amante en mi jamás halle obstáculo.
Que yo nunca me rinda
a ningún deseo fuera de Ti.

Señor, tu espíritu es inasible a toda creatura
y Tú espiritualizas el alma
para que, en su condición espiritual,
sea levantada sobre toda creatura,
de suerte que por tu sabiduría eterna
se baste según tu voluntad divina
y que en la gracia sea liberada
de cuantas imágenes indignas
haya podido absorber en ella.

Pues Tú has hecho tuya el alma según tu naturaleza
y la has emparentado contigo.
Guárdala, pues, para que no se establezca en ella
nada que no seas Tú mismo.

jueves, 26 de abril de 2012

Sin desánimo HACIA EL HORIZONTE - http://flordelyermo.blogspot.com.ar



Una y otra vez… Nos hallamos en el “medio del camino” y en un lugar que “quisiéramos olvidar”. La gran pregunta obtiene una gran respuesta: el silencio, sin más.
Es la hora de la ausencia de razones. El manto cubre, celosamente, cualquier “por-qué” y posee la virtud de celar, de tal manera, que no podamos sospechar que debajo algo hay.
Experiencia (digámoslo así) de lo más insospechado, todavía ausente.
Deseo, cada vez mayor, de una “altura” que carece de medidas, de calificaciones, de nombres. Seguir un derrotero, cuya perspectiva nos es, ahora, ignota.
Ha amanecido un secreto nuevo, el de “siempre” en realidad. Pero sólo lo digo callando.

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viernes, 20 de abril de 2012

¿Vacío? ¿Angustia?



En las horas que corren, en todos esos pasos de cada día, podemos experimentar momentos de sequedad o de aridez... Pero sabemos muy bien que una cierta angustia, de tantos rostros, nos asalta de varios modos y de sorpresa. Esta exhortación se dirige especialmente a no detenerse ni a temer los vacíos o los ruidos de este mundo, aún cuando aparezcan como excesiva amenaza. Es verdad que no siempre es posible discernir rápidamente acerca de lo que nos ocurre. Pero el principio del confiado "abandono" puede evitar la caída y el desconsuelo. Lo que nos parece tan insoportable y extraño es ocasión de un "lenguaje" nuevo, de una apertura que se opera en el alma y despeja horizontes cubiertos y sombríos. ¿Demasiado optimismo? Espero que no. Lo desconocido quizá sea más "conocido" de cuanto podamos sospechar. Por ello se hace urgente un cierto arrojo y una verdadera independencia de "lugares comunes" o de modas y cosillas menores que atajan el andar sereno.
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