martes, 19 de agosto de 2008

P. Fray Alberto Justo O.P..."Hacia una filosofía del desierto"...La vocación interior...Palabras de un Cartujo


" Aprende a prolongar los instantes privilegiados, cuando el tiempo es atravesado verticalmente. Así la Santa Misa, como toda celebración de la Liturgia en la que haya participado. Y aún aquéllas que le son lejanas, en el tiempo y en el espacio. Únase, por dentro, a la vida que no ve y que, sin embargo, requiere de su plegaria y de su vigilia" (REGLA PARA EREMITAS en el corazón )


27. Decía un Cartujo:

" ¿ Cómo el alma se convierte y permanece "virgo purissima"? Por la práctica del silencio exterior e interior. El silencio exterior: se habla para hacerse amar, hacerse valer. El silencio interior: ausencia de deseos, de preocupaciones, de inquietudes.
¿Cómo convertirse en "rosa mística"? La Virgen escondida, mística... Para imitarla, para convertirse en sus hijos bienamados, participar de sus privilegios, es necesario ocultarse como ella. La rosa es bella para contemplar. Nos cambiamos en aquello que contemplamos. Y prosigue:


¿Cuál es nuestra "Casa de Oro"? María.
Que nuestra sola ocupación sea amarla y ( por ella) ser amados. Que la Casa de Oro nos guarde y nos haga olvidar todo el resto, toda otra casa. Si, también la Cartuja"
( Ecoles de Slence, Parole et Silence, 2001 ).


Que no tengamos otro apuro, que no nos aten los lugares o empeños, aún los que parecen más grandes o imprescindibles. Nuestra Morada es María. Nuestra vocación es, como Ella, convertirnos en Morada y Templo de Dios.